miércoles, 23 de septiembre de 2015

Las verdades que quedan

Como ya comenté en un post anterior, mientras llegaban a Madrid las noticias del desmoronamiento del imperio colonial en 1898, la gente iba a los toros... Pues ayer en Vic-Fezensac (Francia), el novillo Albadero, de los hermanos Garnier, recibió 22 varas. Como en los viejos tiempos...



Y como en los viejos tiempos, cartas de Unamuno expuestas en el desangelado museo de la Bibilioteca Nacional. Don Miguel (nacionalista, socialista, liberal y falangista, por ese orden cronológico...) escribía en Oporto en 1908 sobre Portugal y Cataluña. Triste carta, carta triste.


Y triste que haya quitado a Julián Marías de mi top-10, en relación a textos de Ortega. El caballero se me ha hecho insoportable, me ha pasado lo mismo que con Azaña. Resuta que "la verdad es una, el que cambia es el hombre". Tócate las narices. Sois un Himalaya de mentiras.


Como he pensado alguna vez, y el libro de Antonio Martín Puerta me lo confirma, lo último interesante que pasó en España fue la División Azul. Desde entonces la realidad que nos cuentan tiene un tono falso.

Solo hay dos cosas que no son falsas. La primera que el estado-nación se va a irremediablemente al guano. Es el fin de la Revolución Francesa. Los perezosos europeos, son otra vez liquidados por los godos de Valente, por mucho que Salviano de Marsella le eche la culpa  a los mediocres que gobiernan (¿quién los ha puesto ahí?).


La segunda verdad es que llega el otoño...


Mañana llamo a Zurich, como que llamo José y María. Primer cuadrante, pero en Suiza...


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